El destino, casi siempre con un sentido trágico, está muy presente en la obra de Wagner, como el errante devenir de el Holandés o aquel que entretejen las Nornas en el prólogo de El ocaso. Para ellos Wagner no recurrió al tema de apertura de la quinta de Beethoven, como hicieron muchos otros compositores antes y después. El motivo del destino más famoso de su creación es aquel que, construido sobre dos acordes, se escucha recurrentemente en El Anillo del Nibelungo. Su primera aparición en el ciclo, a cargo de las tubas, acompaña al mensaje de Brünnhilde a Siegmund, en el que le anuncia que su padre le espera en el Walhalla, tras caer en el campo de batalla. Después, se volverá a escuchar al final de La Walkyria, con la durmiente hija de Wotan rodeada del fuego mágico.
Este es el boletín número 306 de la Guía del Festival de Bayreuth enviado el 9 de diciembre de 2022. Si no quieres perderte ninguno, no lo dudes y suscríbete ya.