La moneda que salvó al Festival - Boletín #157

Una barra de pan, 3000 millones; medio kilo de carne, 36.000 millones; una cerveza 4000 millones. La hiperinflación tras la I Guerra Mundial condicionó la vida de millones de alemanes, que, en algunos casos, volvieron a la economía del trueque. A pesar de las insistencias de los más cercanos, Siegfried Wagner se negaba a reabrir el Festival de Bayreuth, cerrado desde la edición de 1914, hasta que el país no tuviera una moneda estable. ¿Cómo pagar a músicos, demás artistas o proveedores? Pensaba. ¿Cuánto cobrar por una localidad si semanas, tal vez días después, ese dinero no valdría nada? La ansiada estabilidad no llegaría hasta noviembre de 1923 con la llegada del Rentenmark, una nueva moneda que consiguió frenar la inflación. Entonces sí, Siegfried empezó a planificar una nueva edición, que vería la luz en el verano de 1924.

 

Este es el boletín número 157 de la Guía del Festival de Bayreuth enviado el 17 de enero de 2020. Si no quieres perderte ninguno, no lo dudes y suscríbete ya.