La cena de los aplausos - Boletín #78

En el viejo Bayreuth no era habitual aplaudir individualmente a los artistas en el Festspielhaus. El templo había de dar culto a Wagner, no a sus intérpretes. Al final de cada representación, los cantantes cenaban en el restaurante aledaño y, entonces sí, eran agasajados por el público. A partir del Nuevo Bayreuth, en 1951, el restaurante comenzó a ofrecer cenas en el segundo entreacto para no seguir abierto al finalizar la función. Desde ese momento, los cantantes, para recibir su cuota de aplausos, empezaron a saludar en el propio teatro, nada más caer el telón, rompiendo la tradición mantenida hasta entonces.